Ana Montero, directora Escuela Postgrado UTEM: “La apuesta por la creación de doctorados es una necesidad país”
Autor: Roberto Albornoz|
En términos personales, Ana Montero comenta que su paso por la Escuela de Postgrado UTEM “ha sido un cambio radical en mi vida académica, pero a la vez enriquecedor en lo humano y en lo profesional”. En cuanto a lo desarrollado en la instancia, destaca la posibilidad de contribuir, junto a un gran equipo de trabajo, en los procesos que permitieron la acreditación del Doctorado en Ciencias de Materiales e Ingeniería de Procesos, del Magíster en Química con mención en Tecnología de los Materiales y el lanzamiento del nuevo Doctorado en Informática Aplicada a Salud y Medio Ambiente.
Señala que la escuela cierra el año 2022 con ocho programas vigentes en funcionamiento, siete magísteres y un doctorado, con la aprobación de cuatro nuevos magísters y otro doctorado. “Así, para el 2023 nuestra oferta de postgrado UTEM crece en más del cincuenta por ciento y estamos en pleno proceso de postulaciones para comenzar las dictaciones en el primer semestre”, indica.
Montero apunta también que la institución continúa coordinando la creación de nuevas propuestas de programas y se espera avanzar “con este crecimiento planificado y con calidad para cumplir con el Plan de Desarrollo Institucional que nos consolide como una universidad compleja”.
La nueva propuesta de Doctorado en Informática Aplicada a Salud y Medio Ambiente ofrece un enfoque multidisciplinario original, producto de un trabajo conjunto entre la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado (VRIP), la Facultad de Ciencias Naturales, Matemática y del Medio Ambiente (FCNMM), y la Facultad de Ingeniería (FING).
Se trata de un programa que tiene como objetivo formar capital humano avanzado capacitado para realizar investigación de forma autónoma y colaborativa en Biología Computacional, en Química Computacional o en Tecnologías Habilitadoras Digitales, que contribuyan a proponer soluciones a problemas relevantes de salud o medio ambiente, aplicando herramientas y/o metodologías informáticas.
Para Montero “la apuesta por la creación de doctorados multidisciplinarios que aporten a solucionar problemas transversarles de la sociedad, es una necesidad país y de nuestro planeta”.
¿De qué manera la acreditación del Doctorado en Ciencias de Materiales e Ingeniería de Procesos abre una puerta a la creación y acreditación de nuevos programas de este tipo?
Los programas de doctorado generan un efecto transformador en la universidad y es parte de lo que llamamos complejización de la educación superior. Nuestra casa de estudios apuesta por ampliar su oferta de postgrado, además de actualizar la formación de pregrado, que en el fondo reforzaría el aporte de la creación de conocimiento hacia lo que la sociedad necesita. La apuesta por la creación de doctorados multidisciplinarios que aporten a solucionar problemas transversarles de la sociedad, es una necesidad país y de nuestro planeta.
El camino construido en la UTEM, desde su proyecto de desarrollo a partir del 2016, permitió que el Doctorado en Ciencias de Materiales e Ingeniería de Procesos viera la luz en marzo del 2020 y recibiera tres años de acreditación por su calidad dos años después, a pesar de las implicancias de la pandemia. Este hito, el de creación de un programa interdisciplinario como éste, y que enfrentara con éxito el riguroso proceso de certificación ante la Comisión Nacional de Acreditación, es la guía y el estímulo para continuar el desarrollo del postgrado institucional.
La experiencia del primer doctorado de la UTEM condujo a que la universidad postulara y le fuera aprobado un proyecto de Fortalecimiento Institucional con el objetivo de crear un segundo doctorado. En consecuencia, éste se estuvo construyendo mientras el primer doctorado institucional vivía su certificación. Además de la guía y estímulo antes mencionado, fue una experiencia enriquecedora para la Escuela de Postgrado la coincidencia del proceso de creación de un programa y la certificación de otro. Finalmente, lo más importante es que se evidenció todo lo que podemos lograr.
Con vistas al futuro, la universidad continuará trabajando para crear nuevos doctorados en los que – además de tener clara su visión y misión, resguardando los sellos institucionales- debe asegurar capital humano avanzado, como académicas y académicos con productividad científica, además de contar con una infraestructura y disponibilidad de información científica que sostenga ese plan.
¿Qué lecciones se aprenden durante el proceso de acreditación del primer doctorado?
La lección esencial es que debemos formar nuevos programas con el estándar acreditable, tal y como lo hizo el primero doctorado de la UTEM. Además, desde el comienzo de sus versiones se debe asegurar que se mantenga la calidad y generar los planes de desarrollo para aquellas brechas que se puedan presentar. Asimismo, hemos aprendido que, además de la gestión docente y las guías de tesis, los programas deben planificar muy bien su gestión para garantizar el cumplimiento de sus planes o proyectos de desarrollo. Por último, pero no menos importante, la principal lección es que nuestra universidad lo puede hacer muy bien con los recursos que tiene y con lo que se propone estratégicamente alcanzar.
¿Cómo surge la idea de desarrollar este nuevo Doctorado en Informática Aplicada a Salud y Medio Ambiente?
Como se comentó antes, el proyecto de Fortalecimiento Institucional “Desarrollo académico del área tecnológica, nuevas demandas y oportunidades” fue el impulso para el desarrollo de esta nueva propuesta. En los antecedentes del proyecto se manifiesta que nuestra universidad cuenta con grupos de académicos en áreas de Ciencias, como Matemática, Química, Física, Biotecnología y además en Ingeniería, cuyas investigaciones tienen el fin común de aportar a problemas de salud.
A partir de esta semilla o “capacidad instalada” y con el propio desarrollo del proyecto de doctorado, la propuesta se extiende a incorporar académicos con proyectos de investigación en áreas de ciencia e ingeniería dirigidos a resolver problemas medio ambientales. En conjunto, se consolida un programa formativo que incorpora la responsabilidad social de aportar al bienestar del medio ambiente y el humano, utilizando herramientas y metodologías informáticas.
Este programa genera un efecto transformador en la universidad, porque conecta los resultados de la investigación científica e ingenieril con áreas como salud y medio ambiente que no se desarrollan de manera explícita en el pregrado institucional. Se trata también de un aspecto estratégico para la universidad, que busca -además- resolver los problemas contemporáneos que se han presentado tras la pandemia.
¿Qué desafíos surgen al crear este nuevo doctorado?
Respecto a lo curricular, cada programa tiene su diseño propio en función de su perfil de egreso. Nosotros aprendimos que si teníamos un programa multidisciplinario debíamos tener una malla curricular flexible que rápidamente le permitiera al estudiante escoger el camino óptimo para su formación y dejar espacio para su investigación científica autónoma y colaborativa. Esto se materializó generando un esquema de asignaturas electivas y sólo tres ramos obligatorios dirigidos a la formación transversal de cualquier investigador. El doctorado hoy tiene 24 asignaturas electivas balanceadas entre las tres líneas de investigación, las que deben ir creciendo y/o actualizándose en función de las necesidades.
El otro gran desafío que siempre surge es contar con una masa crítica de académicos con productividad científica de excelencia, acorde al perfil de egreso del programa. El nuevo doctorado afrontó este desafío aunando todas las fuerzas instaladas de muchas dependencias internas. Al principio fue complejo reunir científicas y científicos de distintas unidades académicas de nuestra universidad para desarrollar una propuesta con la que todos estuvieran conforme. Sin embargo, los intercambios propiciaron que se vislumbrara el objetivo común de afrontar problemas de salud y medio ambiente aplicando la informática desde diversas disciplinas. Desde entonces, las reuniones se transformaron en enriquecedoras conversaciones llegando a puerto con un excelente programa. También se promovieron nuevas incorporaciones de académicos en aquellas áreas que se consideraron prioritarias para el proceso formativo propuesto.
Una vez aprobado el doctorado, el nuevo desafío es iniciar su primera versión -en marzo de 2023- a partir de una buena selección de postulantes interesados. Estamos felices de poder ver este proyecto en acción y ojalá comprobar en breve el éxito de la propuesta en la formación de sus estudiantes.